Movimientos congelados: las formas del transporte
Algunas de las obras más significativas de Foster en los 90 tienen que ver con el movimiento y, entre ellas, quizá las más inspiradas son las que se sitúan en el filo entre arquitectura e ingeniería: pistas de aterrizaje y cubiertas en vuelo, puentes de carretera y túneles de ferrocarril. En el caso de las estaciones de metro, la rara belleza de una arquitectura sin fachadas, las exigentes demandas del movimiento mecánico, y la dignidad pública de una construcción a prueba de vandalismo se subrayan con la importancia urbana de las entradas, donde la ciudad subterránea perfora el suelo para abrir las puertas de la movilidad a la ciudad de la superficie. En Canary Wharf, el espacio catedralicio, con las escultóricas bóvedas biomórficas de hormigón (que recuerdan a Calatrava, pero también al proyecto de Televisa), es tan impresionante como las elegantes marquesinas de vidrio de los accesos, que traducen los ‘fosteritos’ de Bilbao a una escala monumental. Y también en la línea Jubilee, el intercambiador de Greenwich extiende un ala delgada sobre los andenes de autobuses que llevan a la estación de la Cúpula del Milenio, protegiendo bajo su curva flotante el movimiento insomne de vehículos y personas, como un pájaro mecánico surgido de las profundidades y detenido en el momento de iniciar el vuelo...[+]