Glenn Murcutt

El American Institute of Architects ha premiado a Glenn Murcutt con la Medalla de Oro (su más prestigioso galardón) por «la madurez y la gran repercusión de su obra más allá de las fronteras de Australia», país en el que se sitúa toda la producción de este arquitecto. La fidelidad tanto al Movimiento Moderno como a la tradición vernácula caracterizan los proyectos de Murcutt, en su mayoría viviendas de inteligente sencillez y destacada sensibilidad medioambiental, como la Casa Laurie Short en Sídney (1974), la Casa Fredericks en Jamberoo (1982), la Casa Marika-Alderton en Eastern Arnhern Land (1994), o la Casa Fletcher Page (1998) y la Casa Walsh (2005), ambas en Kangaroo Valley. La pequeña escala, como el propio Murcutt reconoce, le permite experimentar con la arquitectura doméstica y seguir trabajando en solitario, una forma de entender la profesión destacada por el presidente del jurado Tom Howorth, quien afirmó que «En una época en la que la arquitectura está dominada por las colaboraciones y el ‘esfuerzo corporativo’», muy pocos individuos «pueden reclamar la autoría de forma única e individual sobre un conjunto de obras convincente. Glenn Murcutt es sin duda alguna uno de esos pocos».