Josef Kleihues me solicitó que dirigiera unas palabras en la inauguración de este coloquio. Lo que me hizo vacilar al aceptar tan amistosa invitación responde al siguiente motivo: no entiendo nada de filosofía. Algo entiende de ello Kleihues. El ve la arquitectura como filósofo, yo la veo como historiador: para mí es importante saber cómo actúa la arquitectura en relación al propio entendimiento de aquéllos para quienes se construye, al desarrollo de la técnica constructiva, a los distintos tipos, siempre variables, de contratistas, oficios, peones. Todo ello cambia, ha cambiado en el curso de mi vida —incluso una larga vida es corta— de modo apreciable...[+]