'Expresionismo alemán’ reúne obras de un arte que los nazis tacharon de degenerado. El colorido salvaje, el caos o la belleza son algunas de las muchas palabras que servirían para definir lo que supuso el expresionismo, el movimiento que, en sus diferentes versiones, se desarrolló en Alemania durante las primeras décadas del siglo XX. Se trataba de una manera de entender el arte que, como otras, fue calificado de degenerado por Hitler y que fue particularmente detestada por Heinrich Thyssen (1875-1947), iniciador de una colección en la que siempre prefirió el arte antiguo al moderno. Para él, el arte acababa en el siglo XVIII.
Sin embargo, hubo dos razones por las que el heredero de la colección familiar decidió volcarse en el expresionismo, en opinión de Guillermo Solana, director artístico del Thyssen. La primera, matar al padre, que le había hecho crecer con el mayor desprecio al arte moderno. Y, en segundo lugar, la entrada de obras repudiadas por los nazis le venía bien al barón para limpiar el nombre de la familia (su tío Fritz fue seguidor y patrocinador de Hitler)...[+]