Densidad y atmósfera
En el ensayo Ex Nihilo, que trata sobre la creación de las ciudades de Chandigarh, en India, y de Brasilia, en Brasil, el autor holandés Cees Nooteboom introduce en su análisis la noción de ‘ambiente’ en un sentido tanto físico como social. Ambas fueron ideadas en los tableros de dibujo de urbanistas y arquitectos célebres, en una época caracterizada por la fe en que un entendimiento nuevo del planeamiento y la arquitectura podía ‘sanar’ el mundo. Chandigarh se fundó en 1952 como la capital del estado indio de Punjab, en una extensa llanura cerca de la población del mismo nombre. Le Corbusier llevó a cabo la ordenación general, así como la mayoría de los edificios públicos. Brasilia, por su parte, se conformó a partir de la mirada idealista del urbanista brasileño Lúcio Costa, quien en 1956 estructuró su Plano Piloto en torno a dos grandes ejes principales entrecruzados sobre el territorio entonces virgen de la planicie central de Brasil. Hoy en día, la ciudad es famosa fundamentalmente por los llamativos edificios de Oscar Niemeyer, entonces director de la Autoridad Estatal de Arquitectura.
En ambos casos se aspiraba a conseguir el marco adecuado para una sociedad libre y progresista, capaz de organizar su funcionamiento e introducir mejoras duraderas. Sin embargo, a cualquiera que pasee en la actualidad por estas ciudades heroicamente planificadas le sorprenderán dos aspectos. En primer lugar, que el espíritu visionario de sus creadores aún impregna los grandes cruces viarios y la atrevida geometría de las edificaciones; parece una promesa, hace tiempo olvidada, que todavía espera hacerse realidad. Por otro lado, que tanto sus habitantes como la propia naturaleza han terminado acomodándose a esta estructura abstracta y artificial; se han adaptado a ella, y al mismo tiempo, la han alterado. La naturaleza ha ido abriéndose hueco, y la gran cantidad de gente que ha ido llegando a la ciudad se ha asentado en un cinturón perimetral, pragmático y monótono, de slums y ciudades satélite. Los residentes se han rebelado contra las intenciones originales de los proyectistas para amoldar el espacio a sus necesidades y deseos, a veces con contundencia, a veces en vano...[+]