1929-2022

Hijo de un diplomático sueco con misión en los Estados Unidos, Claes Oldenburg se formó en las universidades de Chicago y Yale antes de naturalizarse estadounidense y radicarse en Nueva York. En 1961 abrió en el Lower East Side una pequeña tienda en la que vendió toda suerte de artículos que manufacturaba, de manera un tanto secreta, con alambre y papel maché El interés por lo corriente, lo banal, incluso lo vulgar, explica la aversión de Oldenburg al Expresionismo Abstracto entonces en boga —que juzgaba un estilo elitista y demasiado personal—, y explica también que el artista se acercara a las recién formadas huestes del Pop Art en su vertiente más irónica: la misma que partía de la cultura de masas para acabar criticando, desde dentro, el capitalismo americano. Heredero a su manera de Duchamp y Picasso, y afín —también a su manera— a contemporáneos como Warhol y Lichtenstein, Oldenburg será recordado por las coloridas esculturas —o más bien instalaciones—, que creó junto a su compañera Coosje van Bruggen: conos de helado, plumas de bádminton y pinzas de tender multiplicados de tamaño y que han poblado las plazas de medio mundo para hacernos pensar en lo extraño que resulta en el fondo lo cotidiano.