Alex S. MacLean: la medida del paisaje
La fotografía de paisaje es un medio de representación artística de larga tradición. Todos los fotógrafos, desde Gustave Le Gray a Ansel Adams pasando por Carleton Watkins, han abordado el paisaje, cada cual con un estilo propio, que refleja las tendencias culturales de su tiempo, pero sin dejar de reconocer, por la forma en que las repiten o las rechazan, las convenciones pictóricas de quienes les precedieron en el arte de crear imágenes.
Si separamos, no obstante, los componentes de este género fotográfico, si hablamos de «paisaje» y de «fotografía» como de elementos independientes que sólo se unen ocasionalmente para formar un conjunto estable, nos encontraremos frente a dos inmensas canteras de minerales muy distintos. Los ámbitos de la fotografía y el paisaje coinciden apenas, pero presentan ciertas afinidades. Como los imanes, en una posición se repelen y en otra se atraen. El paisaje, un cuerpo vivo espacialmente ilimitado, explotable, disfrutable, pero en última instancia indestructible, suele ser objeto de nuestros más acalorados debates. La fotografía, cuya transparencia mediática oculta una tendencia hacia la opacidad y la distorsión, y cuya evidente vocación documental no puede reprimir un fuerte carácter estético, es la moneda visual más común de las utilizadas en nuestra sociedad para el intercambio de ideas. Si hay una palabra que las relacione, ésa es «naturalismo». El paisaje y la fotografía comparten una aparente claridad objetiva: parecen reafirmar lo que ya sabemos. Se dina que el conocimiento necesario para leer una fotografía de un paisaje es tan amplio, tan desalentadoramente amplio, como natural, tranquilizadoramente natural... [+]