Comenzaremos por el final: Madrid ha perdido la posibilidad de configurar un sistema de zonas verdes integrado que incremente el valor ambiental y de uso de los espacios disponibles. Madrid no ha logrado salvaguardar una estructura coherente apoyada en los elementos de su geografía. Madrid ha perdido casi definitivamente las oportunidades para discutir y definir un modelo propio de paisaje.
En los últimos años hemos ido viendo cómo se destruían muchas oportunidades que estaban latentes hace apenas dos décadas y que hoy, decidida la colmatación urbanística del espacio del término municipal, han pasado a ser testimonios de un Madrid utópico. Desde el Parque Juan Carlos I hasta el nuevo Parque del Manzanares de Bofill, a pesar de incrementarse las superficies destinadas a parques y de avanzar en el reequilibrio de la periferia, incluso cuando se ha invertido dinero se han equivocado tanto las políticas como la estética, y en absoluto se ha procurado establecer una estrategia biológica, funcional y social en torno a las zonas verdes... [+]