Un iceberg transitable a orillas del fiordo, así se podría describir la Ópera de Oslo, obra del estudio noruego Snøhetta, ganadora del último premio Mies van der Rohe. El marcado carácter público del edificio, que resuelve la conexión de la ciudad con el frente marítimo erigiéndose como un nuevo hito cívico, así como su expresividad icónica y la secuencia narrativa que se establece con lo materiales empleados —el exterior de mármol blanco, las cajas escénicas revestidas de metal o el muro curvo interior de madera (abajo, véase Arquitectura Viva 117)— han sido elementos reseñables frente a los otros finalistas: el Zénith de Estrasburgo de Massimiliano y Doriana Fuksas; la Universidad Luigi Bocconi en Milán de Grafton Architects; el Centro Multimodal en Niza de Marc Barani; y la biblioteca y hogar de jubilados en Barcelona de RCR. También se ha otorgado el galardón Arquitecto Emergente a los croatas Studio up por su Gimnasio 46° 09’ N / 16° 50’ E, en Koprivnica, Croacia.