The Taut Line
«Zaha Hadid tiene fama de ser tremenda. Desde luego, es franca y, segura de sí misma y de su talento, desprecia la mediocridad y los halagos. Pero tras la fachada hay algo pudoroso, un rasguño sin cicatrizar recordándole la desventaja de ser mujer en un mundo esencialmente masculino. Con sus colegas se muestra ruda y exigente, demandándoles el mismo grado de implicación en el trabajo que se impone a sí misma. (...) Cuando Zaha Hadid entró en la escena arquitectónica, lo que hacía pregonaba su inspiración en el Suprematismo y el Constructivismo rusos... “Las raíces históricas son ahora menos evidentes”, dice, “pero siempre buscamos experimentar ideas que no se han puesto aún en práctica y que desafían la gravedad.” (...) Los proyectos más recientes afrontan el conflicto potencial entre el edificio como concepto y el edificio como objeto funcional.»
Kenneth Powell, ‘Una mujer en la vanguardia’, Archicréé 291 (1999).[+]