«Al igual que producimos nuestras ciudades colectivamente, también nos producimos colectivamente a nosotros mismos. Los proyectos referentes a qué queremos que sean nuestras ciudades son, por lo tanto, proyectos referentes a posibilidades humanas: en quién queremos o, quizás más pertinentemente, en quién no queremos convertirnos.» David Harvey, Espacios de esperanza, 2003
Madrid atraviesa momentos en los que el negocio inmobiliario cobra especial protagonismo en la vida de la ciudad, manifestándose en una caudalosa y escandalosa catarata de grandes discursos y grandes operaciones urbanísticas, que emergen del fango de grandes corrupciones políticas. Es difícil acorazarse frente a una constante, y cada vez más ruidosa, avalancha de acontecimientos cotidianos y buscar sosiego para elaborar, desde la distancia y con rigor disciplinar, unas notas sobre cómo es Madrid, sobre qué está ocurriendo en su devenir territorial y sobre cuál es su futuro previsible, al menos a corto y medio plazo. Quizá la dificultad de esta búsqueda de distancia estriba en negarnos a asumir que la auténtica disciplina para entender la ciudad y su posible desarrollo es más de índole económica y política que no académica o territorial... [+]