La variedad de materiales que existen actualmente para los pavimentos de las viviendas hace imprescindible analizar las características y las ventajas que ofrece cada uno, para así lograr el resultado deseado.

El suelo porcelánico es un material compuesto de porcelana que suele elaborarse a partir de cerámica. Su versatilidad le permite adaptarse a diferentes espacios, ya que puede utilizarse tanto en áreas interiores como exteriores, así como en los suelos y las paredes de viviendas, oficinas o comercios, aportando una sensación de continuidad. También son aptos para implantarse en espacios de diferentes estilos, ya que existe una amplia variedad de alternativas, tanto modernas como clásicas, contando con diseños únicos y difíciles de conseguir en otros materiales.

Cuenta con un proceso de fabricación de una sola cocción y su formato suele ser compacto, rectangular o cuadrado. Se puede encontrar con medidas desde 10x10 cm hasta 120x120cm, con espesores que van desde los 8 a los 12 mm, y cantos de 2 a 5 mm hasta bordes biselados dependiendo del uso. También permite la personalización en lo referente a las medidas, las formas, las texturas y el color, ya que se puede aplicar cualquier textura, lisa o rugosa, haciéndola antideslizante y con resistencia al tránsito frecuente, e imitar otros materiales como la madera, el granito, el mármol, el corcho u otros. Los colores disponibles son ilimitados, desde su tonalidad natural hasta impresiones sobre el producto.

Es un material que tolera los cambios de temperatura y puede colocarse de forma sencilla, adhiriéndose al cemento con facilidad y a otros materiales sobre los que se aplique. Su mantenimiento es sencillo y su resistencia permite que pueda limpiarse con cualquier producto para tal fin. Sin embargo, es bueno emplear como primera opción agua y jabón, evitando la cera, que solo dará mal aspecto al material y podría convertirlo en resbaladizo.

Por qué apostar por un suelo porcelánico

En comparación con otros materiales, como el gres, el suelo porcelánico se diferencia porque ofrece mucha más resistencia al tránsito y cuenta con una durabilidad superior. Algunas de las razones para escoger el suelo porcelánico son: impermeabilidad, ya que cuenta con una mínima absorción de agua en comparación con la del gres, sobre todo cuando se trata de lugares con humedad, como baños o cocinas, o ambientes exteriores, como terrazas, expuestos a la lluvia, la nieve o la humedad ambiental; durabilidad y resistencia, el suelo porcelánico posee la dureza suficiente para su uso en ambientes con alto tránsito y permanece estable ante cambios bruscos de temperatura, donde la expansión y la contracción son limitadas, por ello, está pensado para proyectos duraderos en el tiempo; versatilidad, cuenta con variedad de formas, texturas, tamaños, espesores y acabados, por lo que es posible emplearlos con mayor libertad que el gres; fácil mantenimiento y limpieza, así como alta resistencia al desgaste, manchas, ralladuras e impactos fuertes; y el precio, aunque su coste puede resultar un poco más elevado en comparación con el gres, se compensa con su bajo mantenimiento, versatilidad y durabilidad que implica un ahorro en el transcurso del tiempo.

Al aplicar los suelos porcelánicos es importante tomar en cuenta el fabricante, así como la aplicación del producto por un profesional para obtener los resultados óptimos en cuanto a calidad y presupuestos.

La utilización de materiales naturales es una opción que además de ser estética, cuida el medioambiente, ya que, un porcentaje de su composición puede ser reciclable. Es de gran importancia el evaluar y seleccionar aquellas empresas que tengan dentro de sus objetivos un compromiso con el medio ambiente y con la búsqueda de soluciones sostenibles, tanto en sus procesos de producción como en el producto mismo.