Componiendo un lujoso puzzle tridimensional, los cuatro volúmenes que dan cuenta de la actividad creativa de la arquitecta anglo-iraquí —obras, proyectos, textos y dibujos— se insertan en un paralelepípedo de metacrilato rojo que compendia una vida consagrada a la vanguardia. El volumen principal, correspondiente a las obras, se ilustra con gran profusión de imágenes y perspectivas, revelando una investigación formal que, partiendo del suprematismo de Malevich, se aplica por igual y con resultados sensiblemente parecidos a sus obras construidas, a sus proyectos no realizados o en construcción y a sus diseños de menor entidad. La forma, entendida como aspiración absoluta, sirve para establecer una taxonomía de toda su obra en doce metafóricas categorías: explosiones, vigas - losas - grupos - hojas, líneas - lazos - haces, enjambres -conglomerados -pixelizaciones, superficies continuas -alfombras, espacios tallados -excavaciones, compresiones, alabeos- curvas-retorcimientos- espirales, campos, caligrafías, complejos y espacios líquidos. Tampoco los textos, editados en diagonal a modo de poema constructivista, escapan a la exuberancia formal del conjunto. Entre ellos destacan los de su colaborador Peter Schumacher, quien legitima la investigación formal como modo para desatar potencialidades arquitectónicas ocultas, y el de Peter Cook, que recuerda afectuosamente su trayectoria, desde sus inicios en la Architectural Association (con Zhengelis y Koolhaas pero también con Léon Krier) hasta su definitiva consagración con el proyecto para la Estación de Bomberos de Vitra en Weil am Rhein.