La turbulencia de los últimos tiempos afecta a todos los ámbitos de nuestra sociedad, y por supuesto también a la arquitectura. En España, el colapso de la economía en general y del sector en especial han provocado el inevitable cuestionamiento de los fundamentos profesionales, algo que no deja de suceder, como demuestra esta pareja de libros, en países menos afectados. Sea lo que sea la profesión, lo cierto es que la diversidad de labores de las que se ocupan los arquitectos ha sido simplificada por los medios, y ha venido esta a asociarse a ojos del público con la imagen del arquitecto esteta. Por ello, obras como estas dos, que retratan la mayor amplitud del panorama profesional de los arquitectos, resultan especialmente bienvenidas. Ambos libros componen un diálogo que puede insertarse en esta corriente de replanteamiento de la profesión. Los dos se refieren a su aparente ensimismamiento y a su desconexión de los graves problemas que afectan a la sociedad, pero lo abordan desde enfoques muy distintos.
El primero, Beyond shelter, señala que tan solo el tres por ciento del entorno construido en el mundo ha estado sometido a la supervisión de un arquitecto, y que su intervención es escasa pero muy beneficiosa en la reconstrucción tras catástrofes de todo tipo y en la prevención de estos desastres. Según la editora, Marie J. Aquilino, las razones de su reducida implicación se encuentran en las inercias del conglomerado institucional de la ayuda humanitaria y en el interés limitado que suscitan estos trabajos entre los propios arquitectos.
Por su parte, editado por Lukas Feireiss, Testify! The consequences of architecture busca mostrar, junto a la exposición del mismo nombre que acompaña a la publicación de la obra, que las transformaciones positivas que se derivan de las intervenciones arquitectónicas lo son más en aquellos casos en que los usuarios se colocan en el núcleo de las preocupaciones del proyecto y forman parte en su ideación. Para centrarse en las consecuencias de la arquitectura sobre las intenciones de los proyectos, prescinde casi por completo de dar voz a los autores, y muestra más bien, mediante el recurso a la entrevista, las impresiones de todo tipo de personas implicadas en la realización de las obras o en su posterior uso.
Se da la coincidencia de que los dos libros contienen 25 ejemplos de arquitecturas o actuaciones urbanas dispersas por el mundo, y cuyos objetivos en ocasiones se solapan. Ahí acaban las similitudes, pues Beyond shelter ofrece un relato denso y pormenorizado desde la perspectiva de los arquitectos y urbanistas de su trabajo en situaciones de miseria, de prevención de desastres o de reconstrucción. Se trata de una obra eminentemente discursiva, centrada más en los procesos que en los edificios terminados. Las largas disertaciones de los protagonistas nos ofrecen un relato de primera mano de las dificultades técnicas, económicas e institucionales que lastran la acción de las organizaciones no gubernamentales y de los gobiernos, y de cómo la implicación de las comunidades receptoras y la existencia de fondos no bastan para conseguir resultados satisfactorios, para los cuales es esencial contar con expertos capacitados. Así, a lo largo de seis capítulos se sostiene que las habilidades de gestión de proyectos, de reconciliación de intereses múltiples y de proyección que son esenciales para el trabajo de cualquier arquitecto pero no siempre muy valoradas, son cruciales en el ámbito de la cooperación. En cuanto a los proyectos expuestos en Testify! The consequences of architecture, estos no se limitan a intervenciones en países pobres, y cubren un espectro más amplio en cuanto a sus finalidades, divididos en cuatro capítulos que se dedican respectivamente a proyectos arquitectónicos de variada escala, a intervenciones urbanas novedosas, a espacios educativos y comunitarios, y a iniciativas innovadoras de investigación sobre la arquitectura y su impacto. En este caso, sin embargo, más que reforzar la figura tradicional del arquitecto se defiende la necesidad de que este intervenga en procesos de jerarquías más laxas en los que los usuarios tengan una mayor voz.
La crisis que vivimos ha afectado de manera especial a los arquitectos. Sin embargo, como plantean estas dos obras, estos profesionales cuentan con las habilidades necesarias para adaptarse a los tiempos, para desarrollar nuevos enfoques y para afrontar los más diversos retos.