Recientemente ha aparecido un enjundioso estudio sobre la perspectiva y sus antecedentes históricos. ¿Se puede seguir aún arrojando nueva luz sobre esta forma de representación que, desde el Quattrocento hasta los inicios del siglo XX ha determinado la ideación de la arquitectura y de la pintura? El autor, José María Gentil, nos demuestra que sí; y lo hace con un discurso seguro y de singular rigor.
Sin desentenderse de la razón geométrica (Gentil fue catedrático de Geometría Descriptiva en la Escuela de Arquitectura de Madrid y ahora lo es de Dibujo en Sevilla), el hilo conductor de esta obra se extiende con naturalidad por contenidos teóricos, lingüísticos, psicológicos, que la erudición del autor sabe reunir y trabar. Se entiende así el reconocimiento que hace el profesor Gentil de esos dos esenciales y «completamente dispares» estudios que aparecieron, casi a la vez, en los años veinte del pasado siglo: La perspectiva invertida, de Pável Florensky; y La perspectiva como forma simbólica, de Erwin Panofsky.
En Sobre la supuesta perspectiva antigua (y algunas consecuencias modernas), Gentil avanza desde los orígenes, atiende a la particular diacronía de la expresión gráfica, pone en paralelo la representación occidental frente a otras culturas (por ejemplo, el frustrado intento de los misioneros jesuitas de introducir la perspectiva lineal en China), trata de la difusión de la perspectiva naturalis, y constituye, en fin, un cuerpo del que extrae, como el título avanza, «consecuencias imprevistas ».
Su trabajo brinda, con habilidad, lecturas superpuestas: al texto acompaña un muy acertado discurso gráfico, y a ello, a su vez, se añade un elaborado y sabroso aparato de notas y referencias bibliográficas. Un libro, en fin, que se abre a muy distintos tipos de lectores: desde los conocedores de la disciplina hasta quienes se aventuran dispuestos a ‘encontrar’. Ni unos ni otros van a quedar defraudados.