Todo, partes y relaciones: hay que volver a pensar la teoría desde una visión global. Tal es la invitación que Colin Davies lanza, de forma indirecta, a los ‘futuros reformadores’ de la teoría en su libro Reflexiones sobre la arquitectura.
El objetivo fundamental de este volumen es exponer de forma clara y didáctica algunos de los temas y conceptos más significativos que integran la teoría de la arquitectura. La representación, el lenguaje, la forma, el espacio, la verdad, la naturaleza, la historia y la ciudad: estos son los títulos de los ocho capítulos, en los que Davies profundiza en los conceptos por medio de reflexiones y distinciones tomadas de teóricos y arquitectos de primer orden desde una perspectiva sincrónica. Veamos el contenido de algunos de ellos.
‘El espacio’ arquitectónico es un concepto que entraña dificultad para ser entendido debido a la infinita difusión de la noción de espacio científico. A pesar de ello, Davies logra establecer los límites y sentidos de ambas ideas de forma dialéctica tras una interesante y compleja selección de conceptos históricos de espacio, que conducen al lector a una definición rigurosa del espacio arquitectónico. Respecto a ‘La Verdad’ en arquitectura, Davies propone una primera clasificación según se siga la corriente abanderada por John Ruskin o por Gottfried Semper. Una vez establecidas las dos corrientes, investiga sus consecuencias arquitectónicas para terminar haciendo un discurso perspicaz en el que analiza —a partir del mismo criterio de verdad que se manifiesta ya como dimensión propia de la disciplina— la arquitectura actual. ‘La naturaleza’ en arquitectura es uno de los capítulos que el autor desarrolla con mayor brillantez, ya que supera la perspectiva descriptiva de las posiciones de otros autores en el mismo momento en que pone en cuestión el sentido actual de la noción de ‘arquitectura orgánica’: un análisis simplemente magnífico. Por último, parece conveniente apuntar uno de los temas sobre los que se invita a reflexionar en el capítulo dedicado a ‘La historia’. ¿Qué sentido tiene que en las escuelas de arquitectura se estudie, con un peso académico no desdeñable, la historia inmanente de la arquitectura mientras que en medicina o ingeniería de caminos nada se enseña del pasado más o menos remoto de sus disciplinas? La respuesta, en el libro.
Por otra parte, y aunque el lector está advertido de que el libro es una recapitulación de algunos de los temas fundamentales de la teoría de la arquitectura, tal vez cabría destacar una falta: el concepto de tipo aplicado a la disciplina desde una perspectiva amplia. En la línea, por ejemplo, de las propuestas de Rafael Moneo a finales de los años 1970. Por el contrario, puede decirse que la mayor virtud de Reflexiones sobre la arquitectura es la exposición de dimensiones teóricas comunes en la arquitectura independientemente del momento histórico de realización. Todo ello, con un lenguaje que permite una lectura fluida y agradable con contenidos de fondo.
En resumen, un texto interesante y muy recomendable para los estudiantes y estudiosos de la arquitectura que pretendan tener una idea ordenada de las diversos aspectos a los que debe atenderse a priori en un buen proyecto. Se trata de un libro fundamental para los que vean en el panorama actual de la teoría de la arquitectura un campo que debe ser repensado bajo una visión totalizadora.