Sobriedad y elegancia. Electa vuelve a demostrar su maestría editorial con una nueva colección de pequeñas monografías de arquitectos: un formato tradicional pero sumamente eficaz (24 × 17 cm), 80 páginas repartidas a medias entre texto e ilustraciones, y un módico precio de 20 euros. La cubierta es admirablemente clara y sencilla, pero sin perder las referencias a las grandes monografías de esta editorial: blanco por delante y azul Prusia por detrás, y rojo para el logotipo. El interior está pensado para los lectores: letra de palo seco, actual y muy legible, con los apartados en un tipo muy contrastado; papel mate y sedoso; y, sobre todo, generosos márgenes ya poco frecuentes. Todo ello hace de su lectura una experiencia cómoda y placentera.
La colección se ha iniciado con dos arquitectos muy dispares: Otto Wagner (1841-1918) y Giorgio Vasari (1511-1574), lo que anticipa su voluntad integradora, confirmada cuando vemos los títulos en preparación (de Alberti a Utzon, pasando por Palladio, Von Klenze y Le Corbusier).
La monografía de Wagner es de Harry Francis Margrave, que entre 1987 y 2001 fue editor de arquitectura y estética del Getty Institute, donde se encargó de la traducción al inglés de Moderne Architektur, de Wagner. Margrave también editó un volumen de ensayos sobre las ideas del maestro vienés (Otto Wagner: reflections on the raiment of modernity, 1993), del que seguramente procede el texto de esta colección.
Margrave resume con asombrosa claridad las vicisitudes de la carrera de Wagner, que, tras una mediocre etapa historicista, dio un vuelco en 1894 cuando el arquitecto ganó el concurso para el plan general de Viena y obtuvo la cátedra ‘Renacimiento’ de la Academia de Bellas Artes. Lo primero le permitió construir las estaciones del metro y las esclusas del canal del Danubio; y lo segundo le permitió cambiar el rumbo de la arquitectura gracias a sus clases, a su libro Moderne Architektur (1896) y, sobre todo, a su incorporación (rondando los 60 años) al grupo de jóvenes que impulsaron la Secession vienesa. Para Margrave, las dos obras maestras de Wagner son la iglesia de San Leopoldo ‘Am Steinhof’ y la sede de la Caja Postal de Ahorros, que, sin embargo, están descritas sucintamente debido a la brevedad del libro.
La monografía de Vasari corre a cargo de Claudia Conforti, profesora de historia de la arquitectura en la Universidad de Roma y autora de la ‘gran’ monografía sobre el arquitecto manierista publicada por Electa (Giorgio Vasari, architetto, 1993).
En este caso, el texto trasluce en algunos pasajes su procedencia, pues hay ciertas descripciones verdaderamente infranqueables, típicas de la espesa retórica de la historiografía italiana. Conforti insiste en que Vasari fue un creador muy completo, pero lo cierto es que la historia le ha consagrado fundamentalmente por su célebre libro de biografías de artistas (Le vite dei più eccellenti pittori, scultori e architettori, 1550 y 1568), por el espléndido patio abierto de los Uffizi, y por el espectacular corredor elevado que, atravesando toda Florencia y cruzando el río Arno, comunica el Palazzo Vecchio con el Pitti.
En resumen: un par de volúmenes magníficos a un precio asequible.