Parece un libro-objeto, pero contiene ideas. Encuadernado con una imitación de piel que lo asemeja a una agenda, compuesto con diez tipografías diferentes que se modifican al cambiar de pliego, y ornamentado con nueve desplegables que contienen miniartículos sobre distintos diseñadores, el volumen publicado por Actar es un ejemplo tan eficaz del talante innovador y el talento gráfico del editor Ramón Prat que el autor pasa obligadamente a un segundo plano. Sin embargo, Sanford Kwinter es un agudo ensayista, y la docena y media de textos reunidos aquí —que comentan la arquitectura contemporánea a la luz de la técnica y el pensamiento de nuestro tiempo— abundan en anotaciones cáusticas, hallazgos irónicos y demoliciones controladas. Aparecidos mayoritariamente en la revista Any entre 1995 y 1998, la publicación de los mismos ha vuelto a estar a cargo de Cynthia Davidson, y la galaxia de preocupaciones y referencias que los articulan es una muestra más de la extraordinaria influencia de Peter Eisenman en el mundo académico de la arquitectura estadounidense.
Kwinter, que defiende la audacia crítica y el humor irreverente desde un ánimo de controversia incompatible con el consenso, dice hallarse tan lejos de lo que llama ‘prensa promocional’ como de la ‘esfera insular de la academia’; pero su ámbito de intereses coincide sustancialmente con los de ésta, y los nueve autores glosados en los desplegables —Diller/Scofidio, OMA, Balmond, Ábalos/Herreros, Tschumi, Ito, Coop Himmelb(l)au, Hadid, FOA— componen un paisaje de inequívoca familiaridad. Cuando nos conocimos, hace ya casi veinte años, me regaló una obra de Manuel de Landa por entonces recién aparecida, War in the Age of Intelligent Machines, y mucho tiempo después Kwinter sigue fascinado con la cibernética y la geopolítica. En su libro, estas obsesiones se expresan a través de una serie de ilustraciones donde la regularidad y el azar que gobiernan los fenómenos naturales, los artificios tecnológicos y las organizaciones sociales manifiestan su belleza atroz y necesaria.
Grabadas en la portada táctil de esta obra singular, un turbión de burbujas evocan con su ebullición las resonancias termodinámicas del título, ‘lejos del equilibrio’, y algunos las verán malévolamente como representación de la condición efervescente y efímera de un libro cuya orquestación tipográfica brilla más que su vertebración intelectual. Es cierto: como algunas bebidas gaseosas, su consumo marea, y la confusión exquisita de su contenido produce más irritación que deleite. Pero ese texto que hierve de forma caótica produce también burbujas de pensamiento, quemaduras de contacto e imágenes indelebles: si esas pompas irisadas se desvanecen por sí solas o forman espumas fértiles, quizá sólo Peter Sloterdijk lo sabe.
