En Francia, un proyecto de granja gigante para cerdos pone en peligro un prestigioso centro cultural.
La proliferación a nivel mundial de macrogranjas porcinas está generando graves conflictos medioambientales, ecológicos y políticos, lo que ha provocado la creación de numerosas asociaciones que combaten activamente este tipo de proyectos.
En la región francesa de Charente-Limousin, en el pequeño pueblo de Lessac, resiste el Domaine de Boisbuchet, una comuna en la que conviven la alegría y el talento, un paraíso en el que la comunión entre la belleza del arte y la naturaleza corre serio peligro. En este entorno natural privilegiado, el conservador de arte y exdirector del Museo de Diseño de Vitra en Weil am Rhein (Alemania, frontera con Suiza) Alexander von Vegesack fundó en 1986 un centro internacional de investigación e innovación de diseño y arquitectura. Ciento cincuenta hectáreas de parque salpicadas de edificios históricos y contemporáneos, pabellones y atelieres que, desde 1990, han servido de residencia para estudiantes de artes decorativas; diseñadores de altos vuelos como los hermanos Ronan y Erwan Bouroullec, Matali Crasset o Jaime Hayón, o arquitectos tan determinantes como Álvaro Siza o Shigeru Ban. Todos han participado de este lugar único en el mundo de la arquitectura, del diseño, de la artesanía, de la ecología y de la sostenibilidad que, desde el pasado 26 de junio, sobrevive cruzando los dedos ante… una cochina amenaza...