A través de capturas tomadas meticulosamente, Cristian Prieto invita al espectador a sumergirse en la melancolía y la poesía que emanan de la decadencia. Sus fotografías de sitios abandonados muestran un homenaje visual a la belleza oculta en lo olvidado. Estos espacios, cargados con historias no contadas y misterios que resuenan en sus muros, se convierten en escenarios donde el tiempo deja una huella imborrable.

Cristian Prieto exalta la estética de la ruina y actúa como un guardián de la memoria de lugares que, aunque deshabitados, siguen vibrando con vida y significado. Como explorador y conservador de estos vestigios, comprende la importancia de protegerlos. Por ello, evita divulgar sus ubicaciones, consciente de que revelar estos secretos puede condenarlos al deterioro y a la pérdida irreversible de su esencia.