Matadero Madrid

En su 54ª edición, el Premio FAD de Arquitectura e Interiorismo reconoció el valor del trabajo colectivo frente al individualismo de los ‘arquitectos estrella’. El jurado, presidido por el sevillano Guillermo Vázquez Consuegra, otorgó el Premio de Arquitectura al Centro Cultural Matadero de Madrid, un espacio de más de cien mil metros de superficie para la creación contemporánea formado por varios edificios rehabilitados, de los cuales sólo dos —la Nave de Música de Langarita-Navarro, y la Nave 16 proyectada por Iñaki Carnicero, Ignacio Vila y Alejandro Virseda — estaban entre los finalistas. Pese a que no estaba nominada como tal y no había precedentes de una decisión semejante, el jurado premió la iniciativa en su conjunto, valorando su modo de generar ‘inteligencia colectiva’ aprovechando los espacios preexistentes y con un mínimo de protagonismo de las nuevas arquitecturas. Otros premiados fueron María José de Blas y Rubén Picado en la categoría de Interiorismo, por su Restaurante Tondeluna en Logroño, y Madrid Río en la de Ciudad y Paisaje, un «proyecto de proyectos» coordinado por Ginés Garrido que el jurado consideró ejemplar en su manera de «cohesionar barrios otrora segregados».