José Antonio Corrales
Asociado para siempre al nombre de su inseparable socio Ramón Vázquez Molezún, fallecido en 1993, Corrales es, a los 83 años de edad, historia viva de la arquitectura española. Amigo y colaborador de Alejandro de la Sota —con quien realizó la residencia de Miraflores de la Sierra en 1957— y premiado en gran cantidad de ocasiones desde que se titulara en 1948, el arquitecto madrileño sigue trabajando con la misma dedicación que siempre y en el mismo semisótano en el que se ha pasado más de media vida. Su obra más importante, el pabellón de España para la Feria Internacional de Bruselas de 1958, abrió la puerta a la modernidad en los edificios oficiales,desterrando ya definitivamente el estilo granítico y grandilocuente de la inmediata posguerra. La casa Huarte (1966) y el edificio Bankunión en la Castellana (1970-1977) son dos buenos ejemplos de la evolución natural del primer racionalismo tras las convulsiones de los sesenta. El jurado propuesto por la Fundación Antonio Camuñas, integrado por profesores de la escuela madrileña, ha valorado, además de su conocida obra, su defensa constante de los valores de la arquitectura.