Rafael Moneo
«Ser arquitecto es una de las mejores formas de estar en el mundo.» Quien se expresa en términos tan entusiastas es Rafael Moneo, galardonado por el Royal Institute of British Architects con su cente-naria medalla de oro. A sus 67 años, Moneo conserva intacta su pasión por la arquitectura y la enseñanza —tareas que ha compaginado siempre—, además de una idea de la profesión como desafío intelectual. Esa dimensión más cultural que técnica de la obra de Moneo y su papel en el debate teórico ha determinado su elección, aunque igualmente ha contado lo construido por el navarro en los últimos años. De su aventura americana —que le llevó al decanato de arquitectura de Harvard—son fruto el Wellesley College, el edificio para el Museo de Bellas Artes de Houston, la Academia de Arte Cranbrook y la Catedral de Los Ángeles. En Madrid, donde ha terminado el hospital materno-infantil de O’Donnell, están próximas a concluirse las obras de ampliación del Museo del Prado, uno de los mayores retos de la carrera de quien ha recibido ya los premios más prestigiosos, entre los cuales el Pritzker, que obtuvo en 1996, y el Mies van der Rohe, concedido al Kursaal donostiarra en 2001.