Así serán las residencias de ancianos tras la pandemia
Nutricionista, gimnasio, psicólogo, fisio... Llegan a España las nuevas residencias, con las comodidades de un hotel pero adaptadas a una tercera edad cada vez más larga. Valladolid lidera la renovación de un sector vapuleado por el virus.
Las estadísticas son rotundas. Sólo el 4% de los mayores que viven en residencias está allí por voluntad propia, según recoge en su último ensayo, Tiempo de cuidados (Arpa), la catedrática emérita Victoria Camps. «Por supuesto que nadie quiere estar en una residencia de ancianos, pero en ocasiones no queda otro remedio», coincide el gerontólogo Javier Yanguas, director científico del Programa de Mayores de la Fundación La Caixa y autor de Pasos hacia una nueva vejez (Destino).
«Hay que repensar las residencias. Se han convertido en lugares a los que la gente no va de manera voluntaria, sino que es llevada. Aunque vivir allí puede ser la solución para algunos, para otros supone una pérdida de derechos, de libertades, de autonomía y de dignidad», sentencia Anna Freixas, profesora universitaria ya jubilada cuyos trabajos, como el reciente Yo, vieja (Capitán Swing), se han centrado en gran medida en el envejecimiento de las mujeres...
