La obra de Anni Albers, de 1968, aparece en las catacumbas del Hotel Camino Real en Ciudad de México. La pieza nunca se movió demasiado: de la pared del vestíbulo pasó al sótano del hotel Camino Real de Ciudad de México, donde permaneció olvidada casi 30 años, entre polvo y humedades, mientras la obra de la alemana —opacada al principio por la de su marido, Josef Albers— se revalorizaba en manos de las mejores galerías y museos de arte contemporáneo hasta consolidarse como la gran pionera que sintetizó abstracción y artesanía, elevando los textiles a una de las bellas artes...