Lejos de haber perdido su papel predominante como tipo emblemático de la modernidad capitalista, los rascacielos se reinventan en el contexto de la globalización. De entre las familias diversas que colonizan los territorios de la ciudad global —unas formalistas; otras, tecnológicamente innovadoras; las más, fríos productos corporativos—, se han seleccionado aquí cuatro proyectos que, a modo de ejemplos característicos, se introducen mediante un pequeño atlas, en el que conviven con otros iconos verticales de la historia reciente, y que se complementan con las cuatro obras analizadas con detalle. El primero de estos cuatro proyectos será el nuevo techo del mundo: una elegante aguja de un kilómetro de altura que el especialista Adrian Smith construirá en Yeda. Dimensiones más modestas —pese a que en su día serán los más altos de la Unión Europea— tendrán las torres gemelas Hermitage Plaza que Foster ha diseñado para el extrarradio vertical de París, un proyecto cuyo carácter urbano también comparte la retorcida torre situada entre los tres brazos de una autopista que BIG levantará en Vancouver. Con su singular sección invertida, las dos piezas que Souto de Moura proyecta para Zhengzhou formarán parte de un megaproyecto inmobiliario que, sin embargo, es sólo uno más entre los que por doquier se están construyendo hoy en China...