Casa OS, Loredo
Nolaster 

Casa OS, Loredo

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Una pareja ha comprado una de las contadas fincas con vistas al mar que quedan sin edificar en la costa del Cantábrico. Después de peinar cada pueblo desde Plentzia hasta San Vicente de la Barquera encontraron el lugar que buscaban en una urbanización junto a Loredo, una localidad playera satélite de Santander. La parcela tiene una pronunciada pendiente hacia un acantilado de treinta metros donde rompen las olas. Cuando un castellano llega allí se pregunta por qué todas las casas están construidas en las laderas sur, dando la espalda al mar, sin ser conscientes de que el sol es lo más apreciado por los montañeses que se construyen una segunda residencia en este lugar; sin embargo el cliente venía de lejos buscando precisamente el mar, las olas y el viento. Éste último con su presencia casi constante no deja crecer ningún árbol por lo que lo primero fue realizar un movimiento de tierras con el propósito de generar un jardín protegido de las corrientes. La voluntad de interferir lo menos posible en la topografía visual del paisaje llevó a pegar la casa al terreno y a establecer modalidades de cubierta y fachada que se relacionaran de forma directa con el entorno. La idea de un ‘edificio agazapado’ está detrás de las decisiones en cuanto a volumen, posición, ocupación e imagen exterior. Así, la vivienda queda incluida dentro de un prisma de base cuadrada y altura de tres metros y medio. La cubierta ecológica y transitable es la fachada más visible de la casa, no superando ningún elemento construido la línea del horizonte de una persona situada en la cota de la calle.

La propiedad establece un programa de segunda vivienda condicionado por una variación en la intensidad de uso en cuanto al número de personas, el tiempo de estancia y la época del año. La complejidad programática —pareja, familia, amigos; verano, invierno; fin de semana, temporadas largas— se resuelve atendiendo a valores de ahorro energético, simplicidad espacial y flexibilidad de uso. En seguida se comprendió que el experimento debía centrarse en la búsqueda de un modelo de planta que pudiera absorber los distintos flujos, explorando la posibilidad de organizar un espacio doméstico complejo por adición simple de espacios básicos. Cada uno de ellos lleva a asociado un fragmento de programa y un grado de incertidumbre, que surge de la indeterminación de su uso a lo largo del tiempo. Existen lugares como la cocina, que previsiblemente no cambiará de función, y otros como el salón elevado sur, que puede ser sala de estar de invierno, dormitorio, o espacio de juegos. La planta queda definida así por un campo de posibilidades múltiples... [+]


Cliente Client

Carmen Salgado, José Miguel Oriol

Arquitectos Architects

Nolaster: Carmina Casajuana, Beatriz G.Casares, Marcos González, Pablo Oriol, Fernando Rodríguez, Arturo Romero

Consultores Consultants

Francisco José Vinagrero/AV2 (aparejador quantity surveyor); Constantino Hurtado (estructura structure); Fernando Rodríguez Cerón (instalaciones mechanical engineering)

Contratista Contractor

Ramiro Bra /Volga

Fotos Photos

José Hevia; Jan Bitter,