Embajada holandesa, Addis Abeba
De Architectengroep 

Embajada holandesa, Addis Abeba

De Architectengroep 


En el centro de Etiopía, la ciudad de Addis Abeba, con una extensión de 21.000 kilómetros cuadrados, ocupa un valle al sur de la cordillera de Entoto. A 2.500 metros de altitud, la capital goza de un aroma permanente a madera de eucalipto, procedente de los miles de ejemplares que a cada lado de las calles subrayan la trama. En una parcela de cinco hectáreas, ligeramente inclinada y poblada también por un bosque de eucalipto, se sitúa un conjunto de seis construcciones —una antigua villa de estilo clásico y cinco volúmenes nuevos— que constituyen, unidas por un estrecho camino, la embajada de Holanda.

Una de las piezas corresponde a la casa del guarda, que separada ligeramente de la calle lateral, anuncia la presencia de la embajada; la antigua villa, con una ampliación que se desarrolla bajo ella, aloja las dependencias del vice-embajador; y por último tres prismas exentos, destinados a albergar las viviendas del personal, se alinean contra el muro al fondo de la parcela: gracias al desnivel del terreno, los tres se levantan a distinta altura en sendas terrazas, de forma que gozan de vistas sin obstáculos.

La embajada propiamente dicha, junto con la residencia del embajador, ocupa una pastilla larga y estrecha que emerge como si se hubiera esculpido en el terreno, al igual que los templos tradicionales etíopes aparecen excavados en la roca. La pieza es de hormigón visto, áspero y teñido del mismo rojo de la tierra local. El terreno asciende hasta tocar la pieza separando así las dos partes del programa —embajada y hogar— llevando consigo el camino de acceso, de manera que el automóvil pasa por encima del prisma antes de girar 180 grados y alcanzar por debajo de él la entrada a la residencia.

La organización es sencilla: un corredor longitudinal distribuye las oficinas a ambos lados. La entrada se sitúa en un extremo, donde la altura permite la existencia de dos niveles: arriba se encuentra el despacho del embajador, que por medio de una escalera conduce a la cubierta y de ahí a la residencia, en el otro extremo de la pastilla. La residencia tiene también dos alturas, una superior donde se encuentran las salas oficiales y una inferior donde están las dependencias privadas. La cercanía del terreno permite que ambas partes del edificio se puedan usar de manera independiente. Patios y lucernarios introducen la luz, y tres pasillos secundarios, uno para el embajador, otro para la familia, y otro para el personal, perforan la pieza de puerta a puerta como canales de una madriguera. La cubierta, una vez se cubra con agua, evocará los canales holandeses serpenteando en el frondoso paisaje etíope... [+]


Cliente Client

Ministerio de Asuntos Exteriores de Holanda

Arquitectos Architects

Dick van Gameren & Bjarne Mastenbroek with Abba Architects

Colaboradores Collaborators

R. van Buuren, M. Davis, M. Fosso, W. Groenendijk, J. Hoogeboom, L. Hrsak, S. Kaal, M. Loos, J. van Mechelen, H. Mührmann

Consultores Consultants

Ove Arup & Messele Haile (estructura e ingeniería structure and mechanical engineering); Myrthe Nitszche, Ministerie van Buitenlandse Zaken (interiores interior design); Phillipine Noordam (arte art)

Contratista Contractor

Elmi Olindo & Co. PLC

Fotos Photos

Christian Richters