El programa propuesto por el Instituto Balear de la Vivienda (IBAVI) emerge en un solar rectangular con 54 viviendas sobre rasante —distribuidas en tres niveles abiertos al exterior con terrazas o jardines privados en la planta baja— e incluye un aparcamiento subterráneo. Adaptado al fuerte desnivel del terreno, el conjunto comprende dos volúmenes independientes, organizados en un eje norte-sur, entre los que se sitúan espacios comunitarios. Las fachadas presentan carpinterías de aluminio y protecciones solares de madera de alerce.

El módulo de la vivienda está proyectado a partir de un núcleo húmedo central, el cual define dos zonas con doble orientación. La ubicación de las áreas de día y de noche varía en altura, generando distintas tipologías de vivienda por planta. Estructuralmente, el edificio se construye mediante un sistema de forjados reticulares de hormigón de grandes luces y pilares metálicos. La cimentación se resuelve mediante un sistema de micropilotes y encepados, dadas las arcillas expansivas existentes en la zona. Las cubiertas planas contienen placas fotovoltaicas, equipos de aerotermia y recuperación, y conductos de ventilación.