30 viviendas sociales, Saint-Mesmes
LAN Architecture 

30 viviendas sociales, Saint-Mesmes

LAN Architecture 


La renovación de la manzana Fréquel-Fontarabie es la última fase del proceso de rehabilitación del barrio de La Réunion en París. El área, caracterizada por construcciones degradadas y solares vacíos, es un reflejo de la evolución urbana de los barrios de clase trabajadora en los últimos años. Atravesado por una red de callejones, patios y pasadizos peatonales, el solar queda dividido en parcelas estrechas y alargadas, en las que conviven modestas casas populares con edificios de nueva construcción. En este contexto se levantan treinta viviendas sociales, divididas en cuatro volúmenes separados que siguen dos premisas fundamentales: reconstruir el tejido urbano mediante la recuperación de la morfología histórica parisina de parcelas con dimensiones reducidas, y hacer frente a las nuevas exigencias medioambientales. A pesar de alojar el mismo programa (viviendas sociales con espacios comunes en planta baja), cada uno de los cuatro volúmenes tiene un rol urbano diferente en función de su posición dentro del conjunto. Al norte, los solares 6A y 6B enmarcan el acceso al interior de la manzana, un espacio vacío y alargado transformado en parque público. Esta decisión da lugar a edificios de forma triangular y viviendas con múltiples orientaciones. Por su parte, el bloque 6C, situado unos metros más adelante en la misma calle, reproduce la escala y las proporciones de los edificios circundantes, y se divide en dos volúmenes que albergan viviendas organizadas en torno a un patio de uso compartido.

En los cuatro bloques se presta especial atención al diseño de los espacios colectivos, incluyendo portales, patios y comunicaciones. En el bloque 6B la escalera recibe luz natural a través de un gran ventanal que se abre a la calle, mientras que en el 6D todas las circulaciones, tanto horizontales como verticales, se trasladan al exterior. Las dos últimas plantas del bloque 6A (el más alto) están retranqueadas para suavizar su escala y reducir su presencia volumétrica respecto a los edificios vecinos, operación que dota a las viviendas de unas generosas terrazas.

La adecuada disposición de los bloques permite a la mayoría de las viviendas disfrutar del parque situado en el interior de la manzana. Para garantizar unas condiciones óptimas de confort, los espacios orientados a norte se protegen mediante muros dobles de hormigón negro; por el contrario, aquellos que miran al sur se abren con grandes superficies acristaladas que cuentan con paneles plegables de chapa perforada de acero inoxidable para regular la incidencia de la radiación solar. A estas dos soluciones se añade una tercera, construida mediante listones de madera de alerce, que reviste las fachadas orientadas a este y oeste.