Las hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús son una congregación religiosa católica femenina, fundada en el año 1881 por el sacerdote hospitalario italiano Benito Menni (1841-1914) en la localidad madrileña de Ciempozuelos, cuya actividad está centrada esencialmente en atención psiquiátrica, salud mental y discapacidad intelectual. En la actualidad, la orden gestiona más de 370 centros repartidos por todo el mundo, y cuenta con más de once mil trabajadores y con la colaboración de numerosos voluntarios.

El Complejo Acamán, cuyo origen se remonta a los años setenta del pasado siglo, está ubicado en San Miguel de Geneto, a las afueras de la ciudad tinerfeña de San Cristóbal de la Laguna y de su casco histórico, que fue declarado Patrimonio de la Humanidad en el año 1999. Además del colegio de educación especial, el Complejo Acamán agrupa actualmente un centro de atención diurna, un centro ocupacional y un centro de atención a personas con daño cerebral.

El volumen ocupado por el centro educativo, de dos plantas de altura, distribuye sus aulas —en un lugar fresco y húmedo— en forma de ‘L’ en torno a un espacio central ajardinado con orientación meridional. En constante expansión y mejora, las nuevas demandas funcionales del centro hacían necesaria la construcción de un pabellón para usos múltiples complementado con un —también pequeño— almacén contiguo (con 54 y 18 metros cuadrados de superficie útil respectivamente).

Con acceso directo desde la galería perimetral y los campos de juego adyacentes, la solución construida pasa a ocupar un vacío en el jardín, respetando las palmeras, las coníferas, los dragos y otros árboles y arbustos que, sin orden aparente, han crecido en el lugar. Como si se tratara de una ‘cabaña en el claro del bosque’, la nueva edificación, punto de encuentro, de recepción y de acogida de actividades específicas destinadas a pequeños grupos, se articula en torno a un vestíbulo de cubierta plana que ordena sendos cuerpos con cubierta inclinada que se elevan y contraponen sobre la anterior.

La construcción, de hormigón armado visto en toda su envolvente —resultado de la utilización de un encofrado elaborado con tablas de madera—, se complementa con una serie de lamas que tienen una textura similar. El espacio interior, rico en resquicios de luz, dialoga con el espacio exterior, igualmente rico en matices, sombras y contrastes, patentes entre el objeto artificial de hormigón, la rotundidad de sus volúmenes articulados y aristas, y la fragilidad natural de los árboles y de las ramas que lo abrazan.