Dada la gran volumetría del programa funcional —tres pistas polideportivas— en relación a la reducida dimensión del solar y la alta densidad urbana de la zona, se ha optado por semienterrar una parte importante del complejo polideportivo. A través del trabajo de la sección del edificio, se ha asegurado una buena iluminación y ventilación natural, un acceso cómodo y una evacuación segura incluso en las partes inferiores.

La decisión de soterrar parcialmente el volumen no sólo reduce el impacto visual, sino que genera un espacio urbano libre que se cede a la ciudad. Este espacio previo actúa como foyer público, dada la posible afluencia puntual de gran número de visitantes y usuarios. Se convierte así en una plaza de acceso que a su vez constituye el remate urbano del ensanchamiento de la calle.

Basado en gran medida en la cerámica, el sistema constructivo es una recuperación revisitada e intencionada de las antiguas fábricas, almacenes, naves y talleres que abundan en la zona. La construcción y la materialidad del edificio constituyen de por sí su expresión formal, su acabado final, sin elementos añadidos. La cerámica adquiere así protagonismo. Las fachadas de obra vista, de bajo mantenimiento, alternan vacíos y llenos, partes opacas, traslúcidas o transparentes, piezas cerámicas de formatos y colores diversos, con la finalidad de aligerar el conjunto, otorgando una textura, un grano, un ‘pixelado’ vibrante al volumen construido, adaptándose a su vez a las distintas orientaciones. Así, encontramos celosías en fachadas expuestas protegiendo las pistas de la radiación solar y de los posibles deslumbramientos o, por el contrario, grandes paños vidriados en la parte inferior de la fachada norte abriéndose a la plaza de acceso.

El volumen se remata con una cubierta formada por unas suaves bóvedas invertidas que lo enlazan con el orden y la presencia de las cubiertas de las naves vecinas, integrándose en el contexto y contribuyendo a aligerar la volumetría del conjunto.

Otra consecuencia intrínseca y deliberada del semisoterrado son las ganancias directas que se obtienen gracias al aumento de la inercia térmica del conjunto, al disminuir las superficies expuestas. La eficiencia energética del edificio empieza con el planteamiento volumétrico del proyecto. Posteriormente, todo un conjunto de medidas a otra escala, como la protección solar, la ventilación cruzada, la iluminación natural o la utilización de las energías renovables, consiguen disminuir la demanda energética para su funcionamiento, lo que ha llevado al proyecto a conseguir un certificado LEED Gold.


Cliente Client
Distrito de Sant Andreu/Ayuntamiento de Barcelona/BIMSA Arquitectos

Arquitectos Architects
UTE: AIA Activitats Arquitectòniques, Barceló-Balanzó Arquitectes, Gustau Gili Galfetti

Consultores Consultants
BAC (estructuras structures); AIA (eficiencia energética energy efficiency); SGS (dirección de ejecución site management); Qstudi (gestión de proyecto project management); Develop Index Ambiental (gestión LEED LEED management)

Contratista Contractor
UTE: OHL /Calaf

Superficie construida Floor area
7.237m²

Fotos Photos
José Hevia, Simón García