El equipo formado por los jóvenes arquitectos malagueños Eugenia Álvarez Blanch, Elena Sánchez Montero y Enrique Bravo Lanzac ha sido el encargado de transformar un antiguo local comercial en casa taller para un escultor, en el número 1 de la calle Aniceto Sáenz de Sevilla, en las inmediaciones de la plaza de Pumarejo del céntrico barrio de San Luis. El local en esquina permite diferenciar los usos en las fachadas, en la del este se sitúa el programa doméstico y en la del sur el destinado a la actividad profesional.

El punto de arranque consiste en liberar el inmueble de las estructuras existentes y elementos añadidos para descubrir un espacio generoso y diáfano de altura libre ocupado únicamente por cuatro pilares metálicos. Con un claro lenguaje contemporáneo, la construcción está articulada en torno a un elemento centralizado, situado en el espacio interior delimitado por los pilares. Este elemento cúbico, levantado en fábrica de ladrillo cara vista, alberga el baño y el dormitorio, resuelto a media altura y conectado visualmente con la sala de estar. El resto de las estancias se configuran mediante el mobiliario y los elementos móviles, transformando la casa en un espacio continuo que entronca con las ideas del Raumplan