Opinión 

Península sin perímetro

Extranjeros en España y españoles fuera del país

Luis Fernández-Galiano 
31/10/2004


Monasterio de El Escorial, Juan Bautista de Toledo y Juan de Herrera, 1562-1584

En el siglo XX, España exporta arquitectos e importa arquitecturas. La primera circunstancia es excepcional, y tiene su origen en dolorosos traumas históricos: en los años treinta, el vendaval de la Guerra Civil expulsa del país a una legión de arquitectos, que se instalan sobre todo en América; y en los años setenta, las convulsiones y la parálisis económica del final del franquismo estimulan la emigración a diferentes países europeos de un grupo significativo de jóvenes profesionales. Pero el segundo rasgo es común, y puede rastrearse desde tiempos pretéritos: las invasiones, los movimientos migratorios y los flujos culturales han fertilizado el humus peninsular con un sin número de importaciones técnicas y formales; constructores romanos, alarifes árabes, canteros góticos, arquitectos italianos o ingenieros franceses, todos han dejado huellas indelebles en el territorio y las ciudades de España. La invención es nómada, y para los encargos importantes se recurre al talento donde se halle: el Escorial de los Austrias lo construyen dos españoles —Juan Bautista de Toledo y Juan de Herrera—, pero uno de ellos ha aprendido lo que sabe en Roma y el otro en Flandes; y el Palacio Real de los Borbones lo proyectan directamente dos italianos, Filippo Juvarra y Giovanni Battista Sacchetti. Esta permeabilidad a la excelencia exige en todo caso la condición necesaria de la prosperidad, y durante el siglo XX ésta no llega hasta sus últimos compases; pero cuando se manifiesta ostentosamente en los tres lustros finales, el resultado es una floración espectacular de encargos, que permiten construir en España a la mayor parte de los grandes arquitectos internacionales del momento. En los primeros compases del siglo XXI, la balanza comienza a equilibrarse, y la importación ininterrumpida de estrellas del diseño se compensa con una creciente exportación de talento local, que extiende una red cada vez más tupida de contactos, clientes, proyectos y obras por todo el planeta, de Estocolmo a Edimburgo, de Berlín a Beirut, y de la costa pacífica de California a la de Asia... [+]


Etiquetas incluidas: